Entrevista a Ana Martínez, farmacéutica en Calella. Nos cuenta quién es, sus orígenes y de dónde le viene la pasión de ser farmacéutica.
Ana Martínez es una mujer que cuando era pequeña tenía mucha ilusión en ser farmacéutica.
¿Por qué?
Pues porque tenía una tía que, también se llamaba Ana y era farmacéutica de Valencia que estudió aquí en la Universidad de Barcelona. Con mis primas, con las que pasaba muchas temporadas con ellas y nuestro juego favorito era ir a la farmacia de mi tía. Era aquella farmacia de entonces que tenían mucha y menos estanterías en la zona de atención.
Nuestro pasatiempo era ponernos en la rebotica, hacernos como una pequeña farmacia con productos que no eran medicamentos porque mi tía nos los los tenía prohibidos y con productos de parafarmacia de lo que hoy se llama parafarmacia hacíamos como como una pequeña tienda, una farmacia y pasábamos largas horas.
Entonces eso inculcó en mí que me gustaba esa profesión. Y cuando veía a mi tía el consejo que le daba los pacientes, como los trataba, como los pacientes la querían porqué veían que ella les ayudaba muchísimo.
Pensé que era algo muy bonito, que a mí me gustaba, entonces desde pequeña decidí estudiar Farmacia.